Se suele decir que nuevo año, vida nueva. En mi caso podría decirse que sí, que es así. Las reglas del juego han cambiado, y las circunstancias parece que irán cambiando a lo largo de los meses.

Durante el 2016, llevé a cabo un redescubrimiento personal, me di cuenta de que lo quería en mi vida y lo que no. Comprobé que llevaba una vida encorsetada y que no era feliz con lo que estaba haciendo con mi vida. Toda esta situación fue a raíz de una mala fortuna en enero de 2016 que hizo que me diera cuenta de lo que realmente quería hacer, y aquí estoy cada día aprendiendo un poco más y haciéndome un hueco en esta sociedad tan competitiva en la que vivimos.

«No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.» (En busca de la felicidad)

Esta famosa frase de esta emotiva y gran película como es «En busca de la felicidad» que conlleva muchas frases con una moraleja interesante e incluso instructivas me acompaña desde la primera vez que la vi allá por el año 2006.

Una de la moralejas que se puede sacar de esta película es que «el dinero no da la felicidad, pero ayuda.» Por desgracia, esta moraleja es tan cierta y está a la orden del día. Dependemos del dinero para casi todo, y a veces basamos nuestra propia felicidad en el dinero, sin darnos cuenta, que a veces no es lo más importante.

Otro pensamiento que se deduce es que el miedo nos bloquea, nos anula como seres conscientes e independientes. Pero es realmente la sociedad la que nos genera estos pensamientos, vivimos en mayor o medida encorsetados, somos partícipes del «que dirán», de los perjuicios, y no nos damos cuenta de que la verdadera felicidad es aceptarnos a nosotros mismos tal y cómo somos, con nuestros valores, nuestras riquezas, nuestra esencia y nuestro yo auténtico.

En los últimos años me he dado cuenta de que en la sociedad en la que vivimos prima cada vez más la falta de comunicación y hay más distinciones entre las personas, carecemos de principios y valores, y la educación en la mayoría de los casos brilla por su ausencia, lo cual va en detrimento de nosotros mismos y de las generaciones que vienen detrás.

Uno de los recuerdos de mi infancia es que aún había bondad y colaboración entre las personas, en la actualidad apenas la hay. Vivimos en una sociedad competitiva en la que se prima la competición y ser los primeros en todo, ya no se prima tanto el esfuerzo, si  no más bien los resultados.

Muchas personas nos dicen que luchemos por cambiar el mundo, pero la cuestión es: ¿y si optamos por cambiar nuestro propio mundo, quizás se podría cambiar al menos el mundo de las personas que tenemos a nuestro alrededor? He ahí la cuestión que me llevo años preguntando, pero de la cuál no he obtenido respuesta. Ojalá llegué pronto la respuesta, mientras tanto lucharemos por cambiar nuestro propio mundo y nuestros pensamientos. Quizás de esta manera podremos hacer un mundo un poquito mejor.

Mi propósito número uno de este 2017 es ser mejor persona, lograr esa ansiada felicidad que a mis 30 años voy logrando poquito a poquito y sin descanso, y no dejar nunca de lado mi lema de «Feliz vida» algo que ya me ha caracterizado durante los meses del año pasado. Aún recuerdo la postal navideña que me mandó mi antigua profesora de un taller de novela al que asistí durante los primeros meses de 2016 en la que me deseaba buenos propósitos y que continuará viviendo momentos en los que continuará repitiendo mi preciado lema. Mientras tanto durante este 2017 toca seguir aprendiendo y continuando por el buen camino, haciendo lo que más me gusta.

¿Cuáles son vuestros propósitos para este 2017? ¿Creéis que año nuevo es motivo para tener vida nueva?

Espero ansiosa vuestras opiniones.